Qué hacer ante un abuso sexual

Qué hacer ante un abuso sexual

CUANDO SE DESCUBRE EL ABUSO

A este momento lo llamaremos LA REVELACIÓN, pues es cuando sale a luz el abuso, y es nuestra oportunidad de intervenir para que se corte.
Generalmente la víctima habla cuando ya no soporta más el abuso, ¡es un pedido de ayuda! Puede ser que lo exprese verbalmente, contándoselo a alguien de confianza. Allí se establece el “primer vínculo”, el cual debe fortalecerse y no cortarse, pues será el sostén emocional de la persona en los momentos posteriores a la revelación.
Si hay indicadores físicos y conductuales que evidencian o dan a sospechar de la existencia de un abuso, se debe buscar acercarse a él/ella para ganar su confianza a fin de conocer lo que le pasa.
De no poder saberlo, debe recurrir a las personas más cercanas para preguntar sobre la situación que atraviesa el/la niño/a.
Cuando el/la niño/a cuenta lo que le pasó, se le debe creer, pues nunca mienten sobre el abuso sexual. Aun si se retracta, se debe continuar el proceso, entendiendo dicha retractación como una confirmación del hecho. Lo que ocurre es que se activan los miedos de que todas las amenazas del abusador se cumplan. (Se debe indagar bajo qué amenazas está, y ayudarle a manejar ese miedo, tras brindarle protección)
En la conversación con el niño/a sólo se necesita saber dos cosas:
- Quién es la persona que lo abusa
- Si el abuso aún continúa
El primer relato sólo es “la punta del iceberg”, debemos prepararnos para seguir descubriendo más, porque inicialmente minimiza lo ocurrido por miedo y vergüenza. Por lo que debemos incrementar el acercamiento y la confianza hasta descubrir la magnitud del abuso, y así ver las posibilidades de intervención.
Es importante hacerle saber que es valiente en contarlo, y que NO tiene la culpa de lo que pasó. También respetar sus tiempos, silencios y expresiones de trauma.

 


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