En toda familia se necesitan establecer reglas que favorezcan una sana convivencia. Las “reglas” relacionadas con la prevención del abuso sexual, son un límite de respeto y protección que favorece la privacidad de cada uno.
• El uso del baño es individual y privado. Forme hábitos de no entrar al baño cuando está ocupado.
• La puerta cerrada de un dormitorio debe ser respetada. Acostumbre a que se golpee la puerta antes de entrar.
• Es saludable estar completamente vestido fuera del baño.
• Una cama por persona. No dormir juntos; los niños pequeños no deben acostumbrarse a la cama de los padres.
• Los padres deben ser los responsables de dar la primera educación sexual a sus hijos, apropiada según la edad. Busque orientación y ayuda. Muestre interés por lo que sus hijos aprenden en la escuela o en la calle en relación al sexo. Estemos dispuestos a contestar preguntas sin prejuicios.
• Llamemos a cada parte del cuerpo por su nombre natural (pene, vagina, etc.) y sin contenidos groseros ni torcidos; tienen una función natural como cualquier otra parte del cuerpo.
• Sepa usted primero, y luego explique a sus hijos qué puede ser permitido o no en cuanto al contacto físico con otros, y a las experiencias de afecto y sexualidad (besos, abrazos, juegos de manos, cosquillas, manoseos, etc.)
• Sea accesible para escuchar, crea lo que su hijo le dice.
• No presione a su hijo/a a besar o abrazar a adultos si no se siente cómodo o seguro para hacerlo.
• No vea fantasmas en todos lados, una actitud positiva de supervisión junto a una comunicación abierta en la familia, son la mejor herramienta de prevención.